1.-
¿Por qué te gusta leer?
De
pequeña no me gustaba nada leer. Era un hábito que nuestros padres nos
inculcaron desde tempranísima edad, igual que la música; pero, al ser
disléxica, se me resistía. La lectura, el aprender a leer correctamente, supuso
la primera gran victoria sobre mí. El amor hacia los libros vino más tarde, a
los once años. Y durante toda mi vida se
ha mantenido indestructible este idilio porque la literatura me ha sacado de
muchos baches. Es mi gran
adicción.
2.- ¿Recuerdas cuál fue
el primer libro que leíste?
Vino de la mano de mi progenitora. Mi madre era/es admiradora fervorosa de los hermanos Grimm así que sus obras fueron las primeras que mis hermanos y yo tocamos. Blancanieves, La Cenicienta, El Gato con botas, Hansel y Gretel, etc. A través de estos cuentos y sus moralejas empezamos a construir nuestro corpus moral. Luego, llegó mi autora favorita de la adolescencia, que como persona era una birria, pero la perdonamos: Enid Blyton. Las series de Santa Clara, Torres de Malory, Los Siete Secretos y Los Cinco. Me hubiera encantado estudiar en aquellos internados. Recuerdo estos libros con inmenso cariño. Los valores de amistad, camaradería, lealtad, los saqué de ahí. Y la aceptación de mi misma, parece mentira, también. Yo era, y sigo siendo, muy George, la niña masculina, que tan bien Enid supo reflejar en Los Cinco. Conocer a George supuso empezar el camino hacia mi liberación personal.
Vino de la mano de mi progenitora. Mi madre era/es admiradora fervorosa de los hermanos Grimm así que sus obras fueron las primeras que mis hermanos y yo tocamos. Blancanieves, La Cenicienta, El Gato con botas, Hansel y Gretel, etc. A través de estos cuentos y sus moralejas empezamos a construir nuestro corpus moral. Luego, llegó mi autora favorita de la adolescencia, que como persona era una birria, pero la perdonamos: Enid Blyton. Las series de Santa Clara, Torres de Malory, Los Siete Secretos y Los Cinco. Me hubiera encantado estudiar en aquellos internados. Recuerdo estos libros con inmenso cariño. Los valores de amistad, camaradería, lealtad, los saqué de ahí. Y la aceptación de mi misma, parece mentira, también. Yo era, y sigo siendo, muy George, la niña masculina, que tan bien Enid supo reflejar en Los Cinco. Conocer a George supuso empezar el camino hacia mi liberación personal.
3.- ¿Cuál es tu libro
favorito?
Muchísimos.
Elijo los que me marcaron. “Los pasajeros del jardín” de la argentina Silvina
Bullrich, y que escribió la autora después de morir su marido. Es un canto
elegíaco al amor, una pequeña joya. Me tocó el corazón con tanta intensidad que
vuelvo a este libro una y otra vez.
Poemarios.
La obra completa de Mario Benedetti y Vicente Huidobro. De este último me quedo
con Altazor. Desde siempre están conmigo, pero los recuerdo con especial
cariño porque a mi mejor amiga le
encantaban y cuando enfermó de leucemia sus voces nos acompañaron en el
hospital.
Por
último, Valle-Inclán, mi escritor fetiche. Lo conocí en el instituto e
intimamos en la facultad. Nunca lo he abandonado tampoco. Si tengo que elegir
un libro me quedo con “La media noche. Visión estelar de un momento de guerra”
porque estoy con esta obra ahora. Y de su mano llegó la autora chilena Teresa
Wilms Montt, que pasó un tiempo en Madrid donde conoció a Don Ramón, quien elaboró
el prólogo de Anuarí, un poemario que Teresa escribió como catarsis,
para superar una experiencia traumática al suicidarse uno de sus enamorados. Anuarí
ha jugado un papel importante durante esta etapa porque lo leí, precisamente,
cuando moría una de las mejores personas que he conocido y me ha permitido
reencontrarme con otra igualmente valiosa. Sí, la literatura salva.
4.- ¿Y tu momento
favorito para leer?
Antes
de que amanezca el día y al acostarme, para finalizar la jornada. Pero, leo en
cualquier momento.
5.-
Descríbenos tu rincón de lectura.
Es
un puf que tengo en mi despacho. Me recuerda a mi niñez, cuando leía en el
suelo.
6.-
¿Nos recomiendas un libro infantil?
Cualquiera
de los hermanos Grimm, como homenaje a mi señora madre. Ella sí que sabe.
Biografia
Se puede resumir en unas pocas palabras. He hecho de todo y nada y he disfrutado muchísimo
el todo y la nada; mezclando literatura y vivencias con la misma intensidad. Lo
que más me define es la risa (imposible no reír con el pedazo de boca que
tengo), la ironía sana, el gusto por la
libertad y el silencio. De estas
cosas estoy hecha, no hay más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario