1.-
¿Por qué te gusta leer?
Es
una pasión tan temprana y tan intensa que a estas alturas me costaría encontrar
un motivo específico. Cuando leo viajo, sueño, vivo historias que nunca podré
experimentar pero que de pronto también se convierten en la mía. Supongo que
sobre todo es esa la sensación y por eso la adicción, porque de alguna manera
desaparezco entre las páginas, me escapo del tiempo y crezco hacia mi propio
interior.
2.-
¿Recuerdas cuál fue el primer libro que leíste?
Resulta
un poco complicado, aunque sí hay libros que se han quedado fijados como
especiales. Entre esos “primeros” libros está Astérix y Cleopatra, con el que
abro mi enamoramiento de los personajes entrañables de Goscinny y Uderzo. He
reencontrado recientemente en la casa de mis padres dos versiones ilustradas
bellísimas (y adaptadísimas) del Poema del Cid y del Cantar de Roland que
devoré en su momento. Por alguna razón, como libro-libro, siempre pienso en una
edición especial, también ilustrada, de Platero y Yo que trajeron los Reyes
Magos a mi nombre de parte de mi abuela Rosalina como mi primer libro, más que
como libro leído como libro en propiedad, pero en todo caso las dos serían
apreciaciones falsas. Por casa andaban también recopilaciones de los míticos
“Cuentos” de Calleja, que también fueron cayendo muy pronto uno detrás de otro.
3.-
¿Cuál es tu libro favorito?
Si
como libro favorito entiendo ese al que necesito regresar cada cierto tiempo,
Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, y El señor de los anillos, de
Tolkien son los libros más desgastados, en el caso del “Adriano”, más que
desgastado está en ruinas. El Quijote puede sonar tópico, pero es otra
referencia que nunca falla y que te llama cada tanto, y como poeta necesito
recordar a Cernuda, el Libro de las Alucinaciones de José Hierro o la
estadounidense Adrienne Rich.
4.-
¿Y tu momento favorito para leer?
Si
tengo que buscar el momento mágico, por la noche, tarde, a partir de las once o
de la medianoche, con algo de música barroca muy suavecito de fondo. Ese
paisaje –casi imposible con mi actual ritmo de trabajo y de compromisos- por sí
solo hace que la experiencia lectora tienda hacia la magia.
5.-
Descríbenos tu rincón de lectura.
Algún
día tendré una butaca de orejas muy cómoda, con una chimenea a medio fuelle
cerca y un par de perros tumbados delante. Mientras tanto, paso tanto tiempo en
los transportes públicos y tan poco tiempo en casa que mi rincón real de
lectura hoy es un vagón de cercanías, un autobús urbano o, directamente, las
calles de Santander mientras voy de camino a alguna parte. En casa ya leo más
bien poco.
6.-
¿Nos recomiendas un libro infantil?
Cuando
Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr fue una propuesta que me enamoró,
la memoria de una pequeña judía que nos cuenta cómo su familia escapa de
Alemania a tiempo y sus experiencias al llegar primero a Suiza y luego a Gran
Bretaña. La historia interminable de Michael Ende me deslumbró y me obligó a
leerla de un tirón, y los recopilatorios de cuentos de Andersen, Grimm, Calleja
y Perrault son nuestro imaginario literario, sin ellos va a resultarnos
complicado encontrar nuevos buenos lectores.
Santander,
1965, aunque criado en Reinosa, cerca de las montañas y del frío. Licenciado en
Derecho porque la tradición familiar anda siempre de broma, filólogo en proceso
porque nunca renuncié a que ese fuera mi título académico, y pianista con los
dedos un poco atrofiados ya por falta de uso. Me he pasado la vida entre
libros, música, perros, amigos y guerras variopintas de carácter social unas y
político otras. Hoy me definiría como “agitador cultural” más que como gestor,
y trabajo en el departamento de programación del Palacio de Festivales de
Cantabria, además de impartir algunas clases de literatura, coordinar un par de
clubes de lectura, perderme por las redes sociales y recordar de vez en cuando
que están muy abandonados después de haber sido muy activos mi blog y el de mi
perra Gin.
También
me gusta definirme como poeta, pero quizás sea una palabra demasiado ambiciosa
y tendría que limitarme a decir que escribo y publico poesía, además de
aventurarme en tiempos recientes en la novela, el cuento y el teatro por ver si
me gano con ellos la mitad de las satisfacciones al menos que me han dado los
versos. El último libro pubicado fue La mirada caliza y anda por la imprenta
queriendo ver ya la luz 33 Instantáneas.
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