domingo, 24 de junio de 2018

Hoy viene a tomar el té (con unas magdalenas)... Paco Arenas


1.- ¿Por qué te gusta leer?
Nunca me lo había planteado, comencé mi afición por aburrimiento, tras la muerte de mi padre emigré con mi madre a Ibiza, y durante unos meses fue imposible entrar en la escuela, así que iba a los escaparates de la calle El Progreso y me leía todas las portadas de los tebeos, las dependientas hacían la vista gorda porque sabían que cuando juntaba los ocho duros que costaba un libro de Bruguera, lo compraba. Después, a los trece años, al no poder estudiar, como acto de rebeldía contra la dictadura que me negaba el derecho a seguir estudiando.

2.- ¿Recuerdas cuál fue el primer libro que leíste?
Imposible, leía muchos, muchos, no me gustaba el fútbol. Lo que sí recuerdo el que más me impacto con once años, Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving, otros que me marcaron bastante fueron La madre, de Máximo Gorki y ¿Por quién doblan las campanas? de Ernest Hemingway

3.- ¿Cuál es tu libro favorito?
Ahí sí que no tengo dudas, de más a menos más de cien, pero como no es cuestión de enumerarlos todos: El Quijote, El Lazarillo, Cien años de Soledad, Réquiem por un campesino español, La tesis de Nancy, ¿Por quién doblan las campanas?, Los Miserables, El conde de Montecristo, La casa de los espíritus

4.- ¿Y tu momento favorito para leer?
 No lo sé, supongo que por la noche, pero también cuando voy por las tardes a Burjassot y me toca esperar a mi hijo…

5.- Descríbenos tu rincón de lectura.
No tengo rincón de lectura, además, tengo el vicio de leer dos o tres libros a la vez, y depende del libro. La poesía cuando me cansó de escribir y necesito relajarme, novelas o ensayos compartiendo banco en la plaza Emilio Castelar con Vicent Andrés Estelles, en una hamaca, en el verano en la terraza.

6.- ¿Nos recomiendas un libro infantil?
Me encantaba todo lo de Mark Twain, todavía conservo aquellos libros de Editorial Bruguera, Tom Sawyer, Un yanqui en la corte del Rey Arturo, los de Julio Verne, también me gustaban entonces y me gustan…


 
Biobibliografía
 
Nací con las primeras nieves del otoño, o tal vez las primeras del invierno, en un pueblo del sur de Castilla, y por llevar la contraria, del norte de la Mancha, en Pinarejo. Me llamo Paco y nunca fui Francisco, por expreso deseo de mis padres. Con once años compatibilizaba la escuela con trabajos diversos, repartidor de propaganda, pistas de Scaletrix, fábrica de camisetas, pintor de camisetas y con trece, concluida la EGB, como tantos otros pasé a ser carne de hotel en el verano y de obra en el invierno a razón de doce o catorce horas diaria a cambio de un sueldo de miseria. No poder estudiar, hizo de mí un rebelde con causas sobradas para serlo. Aprender fue una obsesión a la vez que un acto de rebeldía contra la dictadura, lo cual me ayudó a sobrellevar y justificar mi timidez, también a salir de ella. Mi casa se fue llenando de libros. A los diecisiete mi madre decidió alejarme de la isla, me trajo a Valencia, y comencé a alternar, junto con el trabajo a destajo en la obra, la lectura, la escritura y otras actividades que no siempre terminaban bien, fueron tiempos de mucho deporte, escalando paredes o echando carreras delante de los grises, por suerte corría mucho.
Con veintiséis años tenía claro que iba a ser escritor, al menos eso creía yo. Un poeta consolidado se ofreció a ayudarme a cambio de que me fuese a Madrid y abandonase mi activismo, le dije que no. Participé en el Premio Nadal, y para mi sorpresa recibí dos cartas, la primera diciéndome que mi novela había sido seleccionada, y la segunda que pasaba a la siguiente fase, fue con mi novela «Réquiem por una noche de amor». Me hice tantas ilusiones que después de fallado el premio, les mandé una carta convencido de que me publicarían la novela. Fue que no, y ese día decidí que jamás volvería a escribir y mucho menos a participar en ningún concurso literario. Cumplí mi palabra durante veintiséis años, a cambio multipliqué mi afición por la lectura. Tras la huelga general de 2012 contra la Reforma Laboral, fui premiado por la empresa en la que trabajaba con un finiquito en directo. Abrí mi primer blog, y pronto comencé a publicar en diversos medios digitales.
2º Premio de Relatos contra la Violencia Machista Ajuntament de Terrassa 2014- «Aurora cierra los ojos», publicado por Ediciones Hades. 2 º Premio B.R. Univertistat Popular de Burjassot «Vicentica» (Burjassot- Valencia 2016). Soy autor de las novelas  Los manuscritos de Teresa Panza (2015 / Ediciones Hades) escrita imitando el estilo del siglo XVII, posiblemente sea la única novela redactada en el siglo XXI que ha entrado en la lista de los más vendidos de Ficción Clásica, Caricias Rotas (2016 / CreateSpace) que es una novela de compromiso contra la violencia de género, para la cual me documenté para intentar, además de entretener, ser útil, lo cual según me han corroborado muchas personas, psicólogos incluidos, he logrado, con ella llegue a estar en el Top 100 de Amazon en el mes de febrero de 2017, en España, México y literatura en español de EE.UU. Mi última novela es Magdalenas sin azúcar y con ella he participado en dos concursos, en el Primavera y en el Ateneo de Sevilla, quedando en este último en algo que llaman la repesca con posibilidades de ser publicada. Finalmente, tras esperar un tiempo prudencial opté por publicarla con Letrame-Editorial.
Para escribir Los manuscritos de Teresa Panza decidí coger el estilo del siglo XVI, por lo cual llevé a cabo la adaptación de capítulos del Quijote, y de La Celestina y El Lazarillo que, finalmente, publiqué en Amazon, estando desde el primer momento entre los libros más vendidos de Ficción Clásica, supongo que por suerte o el trabajo de investigación que hay detrás. No me consideró poeta, a pesar de que en mi juventud recibí algún premio sin trascendencia para mí, pero también escribo y disfruto con la poesía. Tengo dos recopilatorios publicados: Las abarcas del campesino analfabeto que soñó ser poeta (apenas se han vendido una treintena de ejemplares) y Pisando barro, soñando palabras (más de 10.000 descargas gratuitas).
Mis aficiones son la lectura y la escritura (por supuesto), la historia (tanto como lector como como investigador), la pintura (soy capaz de entrar en un museo de pintura y olvidarme hasta de comer), viajar (aunque por desgracia para eso es preciso el dinero que no tengo), el teatro y el cine.




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