1.- ¿Por qué te gusta
leer?
Me permite vivir otras
vidas, disfrutar de aventuras increíbles, reír, llorar, sufrir, amar… Puedo
dejar a un lado las preocupaciones y el estrés diarios y escaparme yo sola. Es
mi isla desierta. Es como ver una película larguísima, pero dentro de mi
cabeza. Supongo que es una adicción,
como el chocolate: una vez que lo has probado, no puedes vivir sin él.
2.- ¿Recuerdas cuál fue
el primer libro que leíste?
Buff, no, de eso hace
ya muchos años. Lo que sí que recuerdo es que unos Reyes Magos me trajeron un
lote de libros clásicos de aventuras: Emilio Salgari, Julio Verne, Mark Twain, Charles
Dickens, Robert Louis Stevenson… También recuerdo que cogía libros de la
biblioteca del cole, sobre todo la colección de “Puck”, que era una niña que
vivía en un internado. ¡Esos me los devoraba! Luego devoré las novelas de
Agatha Christie. Se ve que soy muy de ideas fijas, cuando me da por algo, voy a
saco hasta que me da por otra cosa.
3.- ¿Cuál es tu libro
favorito?
Aquí también me lo has
puesto muy difícil. Puedo decirte que uno de los libros que más me impactó fue
el “Ensayo sobre la ceguera”, de José Saramago. Ese es imprescindible, una
patada en la boca del estómago, pero hay que leerlo. Muy diferente pero
imprescindible también “Mil soles espléndidos”, de Khaled Hosseini, la mejor
historia de amistad entre mujeres que he leído. Y más diferente aún, pero
adictivo total, los cinco tochos de la “Canción de Hielo y fuego”. Me los leí
casi del tirón durante una baja por ciática. Recientemente he visto la serie
para recordarlo todo, a la espera de que salga el sexto libro, que espero
ansiosamente. Ya he dicho que soy muy de ideas fijas. Cuando me pongo en modo
fan soy terrible, ¡¡adivina cuál es la sintonía de mi móvil!! Y, por supuesto,
cualquier libro de mi preferida: Rosa Montero. Los dos de Bruna Husky me
parecen una mezcla genial de muchas cosas: psicología, amor, humor, política,
ciencia, fantasía….
4.- ¿Y tu momento
favorito para leer?
Mi momento, dice, qué
cachonda la tía. Mi momento sería siempre, pero sólo puedo hacerlo cuando he
cumplido mi doble jornada y puedo escaparme a la cama a leer antes de pillar el
sueño. Lo malo es que a veces el sueño se disipa en cuanto el libro de turno me
atrapa, y no puede ser, que a las 6.30 sonará el puto despertador y no podré
abrir los ojos. Eso sí, en vacaciones me desquito y dejo que pasen las horas
nocturnas, todo en silencio mientras leo. Qué gozada.
5.- Descríbenos tu
rincón de lectura.
En la cama, con almohada
viscoelástica, luz indirecta, y el móvil cerca por si tengo que consultar algo
en San Google. Y según como se encuentre la espalda, almohadilla eléctrica
calentando las lumbares. Aunque tengo que confesar que los libros de papel
comparten este espacio con el libro electrónico y el móvil. Y que las redes
sociales tienen mucho peligro.
6.- ¿Nos recomiendas un
libro infantil?
A pesar de tener niños,
no estoy muy puesta en literatura infantil, me cuesta que lean por gusto. Son
niños tecnológicos que dicen que leer es un rollo. Al pequeño lo puedo sobornar
diciéndole que venga a mi cama a leer. Y al mayor le dejo elegir lo que le
guste. Cuando empiezan a leer les suelen gustar los de Gerónimo Stilton; y para
un poco después hay una colección que se llama Futbolísimos que también les
gusta bastante. Es que aparte de tecnológicos son futboleros.
Biopic
Nacida hace casi medio
siglo en Valencia, tierra de dulces naranjas y amarga corrupción. Mujer de contrastes,
la mejor definición sería maruja antisistema. Fofisana por fuera y libertaria
por dentro. Incorrecta, con mal genio y divertida. Un poco bipolar.
Administrativa de profesión, y lectora de vocación. (Para escribir no queda
tiempo, ni tampoco para otras actividades creativas, que veo que en este blog
hay nivelazo). Madre con edad suficiente para ser la abuela de su prole,
viviendo una vida marcada por el reloj, siempre con la hora pegada al culo.
Agonías que anticipa todo lo malo que ha de venir, pero que disfruta de esos
momentos felices que te regala la vida cada día. Encantada con mi gente, mi
pareja, mi familia, aunque les regañe de vez en cuando. Y feliz dentro de mi
piel, sobre todo ahora que he dejado de fumar. (Lo siento, pero tenía que
decirlo, es que me sube la autoestima).
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