lunes, 9 de octubre de 2017

Hoy viene a tomar el té... Gabriella Campbell


1.- ¿Por qué te gusta leer?
Fue un intento de mi hada madrina por hacerme la vida más llevadera. Verás, cuando iban a bautizarme mis padres invitaron a todos nuestros amigos y familia (mi padre es irlandés y son nueve hermanos, así que imagínate cómo se llenó aquello), pero se les olvidó invitar a la hechicera malvada, por aquello de que era malvada y temían que se disolviera en un charco al entrar a la iglesia.
La hechicera apareció (no se hizo charco ni nada, por desgracia) y, muy enfadada, me impuso una maldición terrible:
—¡Serás escritora! —dijo ella, con todo su glamour maléfico.
Todos los presentes entendían lo terrible que era aquella maldición. Hubo muchos llantos, mesado de cabellos, desgarro de túnicas, etc.
Así que mi pobre hada madrina hizo lo único que podía hacer, dadas las circunstancias.
—Bueno, por lo menos te gustará leer —dijo, con cara compungida, y me tocó en la cabeza con su varita mágica.
O eso me han contado.

2.- ¿Recuerdas cuál fue el primer libro que leíste?
No recuerdo el primer libro; probablemente fuera alguno de esos aburridos para niños con sílabas sin mucho sentido, de los que se crean solo para aprender a leer. El primero del que guardo un recuerdo pleno y emocionado es El señor de los anillos, porque yo sabía que era un libro para adultos, pero apenas tenía once años. Lo disfruté un montón, aunque obviamente me salté algunas partes. Ni con once años me iba yo a tragar la tontería esa del Tom Bombadil.

3.- ¿Cuál es tu libro favorito?
Buenos presagios, de Terry Pratchett y Neil Gaiman. Tengo mil libros favoritos, en todos los géneros y niveles de lectura, pero creo que Buenos presagios es el que más disfruté. Era un libro que no quería que se terminase nunca.

4.- ¿Y tu momento favorito para leer?
Por la noche, antes de dormir.

5.- Descríbenos tu rincón de lectura.
Es la cama, por lo antes mencionado. También me sirven una cafetería, un tren, cualquier sala de espera, una terracita o donde sea. Lo que pasa es que mi cama es el mejor sitio, porque tengo el hueco de mi culo hecho y porque suele hacerme compañía mi gato. Como podréis apreciar por la imagen, parte de la estantería está combada: esto es porque antes tanto el armario como ese estante estaban a reventar de libros. Desde hace un tiempo intento limitar la cantidad de libros en papel que tengo en casa: los voy donando o comprando en digital. Por desgracia, mi gato no sale en la foto. De cualquier forma, hacerle una buena foto a un gato negro siempre es una labor harto difícil.

6.- ¿Nos recomiendas un libro infantil?
La historia interminable, aunque seguro que ese te lo han dicho mil veces. Pero es tan tan tan bueno que no hay más remedio. Bueno, venga, yo no había venido aquí a hablar de mi libro, pero es parte de esa maldición de escribir, ya mencionada al principio. Para niños de diez a cien años, recomiendo fervientemente El día del dragón, una historia de fantasía cómica que incluye el peor chiste del mundo. True story.


Biobibliografía

Nació en Londres, pero lleva en España toda la vida. Se licenció en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y ha sido mil cosas (traductora, editora, correctora, lectora profesional…), pero ahora sobre todo escribe. Tiene un libro de relatos (Lectores aéreos), uno sobre corrección (70 trucos para sacarle brillo a tu novela) y varias novelas publicadas a medias con José Antonio Cotrina (El día del dragón, El fin de los sueños, Crónicas del fin). Le gustan cosas raras como la fantasía oscura, la publicación híbrida y la mercadotecnia de la atracción, e intenta ayudar a otras personas a escribir más y mejor mediante talleres, cursos, conferencias y su página web: Gabriella Literaria (www.gabriellaliteraria.com).


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